" Cinco mariquitas y una rockera con su guitarra"
Aunque la noche estaba fría y por las calles aun se observaba la nieve caída en los días anteriores, no podíamos quedarnos en casa la noche de Carnaval. Desafiando el frío ( que tan poco fue para tanto) bajamos seis amigas a Estella. Este año nuestra elección fue ir de mariquitas. Era un disfraz muy gracioso y el balance fue muy positivo. El único inconveniente fue el incordio de las alas para movernos por los bares, pero también era un complemento básico y el cual dio mucho juego, imaginando que volábamos. Fue una noche de muchas risas y que resultará difícil olvidar.
El polen de la noche: la paradita al volver al pueblo
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