martes, 18 de noviembre de 2008

IMPULSO


El domingo después de ver a mi amigo, sentí la necesidad de mandarle un sms. Sencillo, pero a la vez completo en contenido: "Me ha gustado verte". Creí no recibir respuesta suya, dado que yo le pedí que no me llamará ni nada, pero agradecí que no me hiciese caso. Ayer por la noche me contestó. A él también le alegró verme. Fue un continuo recibir y enviar sms, ¡ hay tanto aún de que hablar!. Me vino bien.

He puesto este título porque creo que muchas veces no hay que pensar antes de actuar, sino dejarse llevar por lo que el corazón te sugiera en ese momento. Yo tuve esa necesidad, si hubiese hecho caso a la razón no lo hubiese enviado. No me arrepiento de mi acto.

Siento el facturón

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