El día transcurría normal, sin alegrías, pero también sin sobresaltos. Era martes y trece. No es que sea supersticiosa, pero... Antes el trece era un número que no me gustaba ni ver, eso ha cambiado. Me saqué el carné de conducir un 13 de diciembre, conocí a mi amigo el día que llevaba un brillante 13 en mi camiseta...Pero este martes y trece hizo mención a su fama y no acabó del todo bien. A la noche mantuve una conversación de cuatro horas con mi amigo y en ella me comentó que su ex le había vuelto a insistir para que volviesen. Y aunque en otra ocasión él le dio un no rotundo, esta vez se lo va a pensar. Yo no le veo nada convencido, quizás, es que lo vea desde una visión poco objetiva. A mi se me puso un nudo en el estómago mientras que hablábamos. Sé que aunque no vuelva con ella, no me asegura un futuro junto a él, pero me da mucha pena que nuestros planes no se hagan realidad, que no volvamos a mantener estas largas y entretenidas conversaciones... y lo más importante que pierdo al amigo más especial que he tenido. Él me decía que aunque decidiese regresar con ella, que seguiríamos manteniendo nuestra amistad, pero ya no sería lo mismo, ni por su parte ni por la mía. Esa confianza para hablar de cualquier tema, ya no se daría. Ahora sólo queda esperar y que tome la decisión más acertada. Deseo que ésta, no sea tener que alejarnos.
P.D. La foto representa el anhelo de tener ( en este caso observar) cerca algo que deseas con todas tus fuerzas, y que por distintas circunstancias no lo puedes conseguir. En esa situación me encuentro yo junto a ti.
Ojalá que caminar juntos por la playa de la Concha se convierta en una realidad.
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