Es la noche de la ilusión. De niña, era una de las noches más esperadas del año. El ver a los Reyes Magos era algo muy especial. Y abrir los regalos... ¡ qué momentos!. Ahora eso ha cambiado, aunque reconozco que sigue siendo una noche mágica.
Desde hace dos años, acudo junto a mis amigas al cotillón del Hotel Irache, ¡ qué bien nos lo pasamos!. Después bailoteos y más tarde al Trovador. Ahí me encontré con Iñaki, con el cual quedó enterrada definitivamente el hacha de guerra, ¡ cómo me alegro!, además me di cuenta al hablar con él que esa puerta por fín se había cerrado. Pero mi mejor regalo fue ver a mi amigo, él me explicó que me había mandado un mensaje nada más acabar de dar las campanadas, pero que por diversas circustancias no me había llegado. ¡ Qué contenta, se había acordado de mí!. Estuvimos largo rato hablando, después lo continuamos por teléfono al llegar a casa y a la noche me volvió a llamar. Él me dijo que en vez de comerme tanto la cabeza y haberme entristecido tanto, me lo hubiese evitado, si le hubiese llamado y él me habría resuelto la duda.
P.D. En la foto mis primas peques abriendo los regalos que les habían dejado los reyes en mi casa. Demuestra la ilusión y alegría que se vive esa noche.
Gracias amigo por hacerme creer todavía en las ilusiones: DONOSTI
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