Hoy hace un año que comencé a trabajar en Granja Villanueva, S.A. de Artajona. ¡ Qué rápido se ha pasado, y qué feliz he estado!. Se me brindó la oportunidad de empezar allí, en el momento en que más lo necesitaba. Fue como una inyección de ilusión a mi vida. En esa oficina me siento como en casa. No se pueden imaginar lo grande que es ir cada mañana contenta a trabajar. Todavía no ha pasado ningún día que se me venga el mundo encima por tener que ir a currar al día siguiente. ¡ Eso es una suerte... !.
En ese momento no distinguía entre granja y cebadero, no sabía que era un verraco, que existe un producto para el pienso llamado Kieselgurh... ahora aunque sigo sin ser una experta, al menos he aprendido unos cuantos tecnicismos de ese sector. Me encanta ver a los lechonicos cuando marchan para los cebaderos. Hasta las cerdas tienes su encanto cuando están preparadas para ir al matadero. Me gusta ese mundo, o quizás las personas que lo rodean han hecho que sea así.
Allí he conocido a una mujer excepcional, mi jefa María Luisa. Que aunque le tengo todo el respeto que merece, es ante todo una amiga y compañera. Da gusto poder hablar de todo con ella. Además está Nora, la chica a la que le cubrí su baja maternal, ella es mi gran confidente. La vuelvo loca con mis historias de amor... he encontrado a una gran consejera. En ellas he conocido lo que es tener unas buenísimas compañeras de trabajo. Espero poder estar mucho tiempo a vuestro lado, y si en Agosto me tengo que marchar porque finaliza mi contrato, será un placer haber podido disfrutar de vuestra compañía y de un ambiente tan bueno de trabajo.
Ojalá pueda disfrutar de muchos años más ...
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