lunes, 20 de julio de 2009

SALOU FOREVER

El viernes a las 3 comenzaba una aventura que será recordada en las sobremesas de la cuadri para siempre. Junto a Maider, Cecilia, Sara E., Sara G. y Andrea partí hacia Salou. Habíamos alquilado una furgoneta de 9 plazas ( Peugeot Boxer). Ya el viaje fue alucinante. Yo ejercía de guía con un gorro de vaquera que llamaba la atención de los demás conductores. El trayecto transcurrió cantando jotas con los Hnos Anoz y mexicanas con los Zamaka, venga comer chucherías, bromas en los peajes a los demás vehículos, Maider que en medio del viaje se levantaba para estirar las piernas (cabía de pie dentro), Sari y sus velocidades...Nos costó cinco horas y media ( incluyendo la parada en Pina de Ebro).
Nos alojábamos en el apartamento 305 del complejo Living Park (edificio México), situado al lado de la plaza Europa, estaba relativamente cerca de la playa y de la zona de marcha, a la vez que era tranquilo como para dormir con la ventana abierta. Fue perfecto para nosotras.
Nada más llegar nos cambiamos de ropa y fuimos a un restaurante que mi compañera Nora me había recomendado. Se llamaba La Barca (al final del paseo marítimo), ¡ qué sitio más bonito!. Cenamos viendo el mar, pescaditos fritos, paella de marisco, sepia, gambas, mejillones... ¡ todo riquísimo!, acompañado por sangría de cava. Después nos acercamos a la zona de marcha. Buscamos el 1 ª Línea( recomendado por Eneko) y la verdad que acertamos, ¡ qué ambiente más bueno!. Estábamos muy animadas, sino hubiese sido porque al día siguiente tocaba madrugar... aun así se nos hicieron las 4. Al llegar al apartamento observamos que el cristal de la puerta del pasillo se había roto. Un vecino ( Pistolas) nos echó la culpa y más tarde se disculpó diciendo que nos había tomado el pelo. También coincidimos en el ascensor con un vecino de Zaragoza ( Diego) que entró a tomarse una cerveza y luego nos enseñó su casa. Para dormir hicimos una comuna, sacamos todos los colchones al cuarto de estar, ¡ qué cachondeo!.
El sábado nos levantamos pronto. Nos retrasó que no podíamos coger el ascensor por los cristales de la puerta. Así que llamé al conserje y enseguida los retiró. Cogimos un bus y a las 10 entrabamos a Port Aventura ( horario de apertura). Recogimos las entradas Express que nos daría acceso a las mejores atracciones sin guardar colas ( eramos chicas VIP). A algunas les daba miedo las atracciones fuertes, yo me monté en la Stampida, en los Rapids, en el Tomahawk, en el Templo del fuego, en el Diablo, en la serpiente emplumada ( a la Ceci se le escapaba la picota). Luego comimos en la Polynesia en el Bora Bora. A mí esa comida me gustó mucho, además había espectáculos de pareos. Después nos tomamos un descanso a la sombra. La tarde empezó con el espectáculo de Aloha Tahití. Después fuimos a refrescarnos en el Tutuki Splash y en los troncos ( Silver River Flume). Luego vendrían las mayores emociones del día: Dragon Khan y Furius Baco. Es entonces cuando vimos a la infanta Cristina con Iñaki Urdangarín y sus hijos. Después para aprovechar los pases que nos sobraban, me volví a montar en el Diablo y en el Dragon Khan ( esta vez aun la disfruté más, ¡ impresionante!). Se nos resistió el Hurakan Condor porque estuvo cerrado toda la tarde por culpa del aire. A las 9 y media salíamos del parque( no nos quedamos al espectáculo de noche porque sino se iban a hacer las mil para salir). Cuando llegamos al apartamento vimos la piscina iluminada ( Melrose Place), nos quitamos la ropa y al agua patos, ¡ qué agusto! ( Isa, isa, isa, el lunes a la Mª Luisa). Luego turno de ducha (a las dos últimas les tocó agua fría). Nos preparamos y cenamos las pizzas que habíamos pedido en la terraza. Seguido nos fuimos de bares. Andres quería conocer el Kalea ( el Katxetas en Salou), luego volvimos al 1 ª Línea, pero el cuerpo no acompañaba. No teniamos fuerzas, así que estuvimos tomando una copa sentadas y echadas en la terraza exterior. An tes de las 4 volviamos a casa. ¡ Estábamos derrotadas!.
Para las 9 de la mañana del domingo yo ya estaba despierta ( el catarro me impedía estar más en la comuna), Desayune, hice la maleta y me fui a la panadería con Ceci. Al volver estas ya estaban levantadas. Preparamos los bocatas ( cerca de 30), organizamos las camas... y nos fuimos a la playa. Conseguimos estar en la misma orilla. Hinché la barca de Andrea con un motorico a batería( la bautizamos con el nombre de Baco) y luego estuvimos disfrutando con ella en el mar, ¡ qué risas!. Después cada una iba comiendo cuando le apetecía, bocata viene, bocata va. Qué agusto se estaba tomando el sol y viendo a la gente pasar ( que si me gusta el bañador de ese, mirad el tanga de esa...no perdíamos detalle). A las cinco y media fuimos de compras. Para las siete ya estábamos en el apartamento, yo tuve el privilegio de poder ducharme. A las ocho menos diez estaba todo listo ( merendola incluida en la calle) y volviamos para casa. No contábamos con las retenciones ( los primeros 30 km nos costó una hora y media), luego paramos tres veces ( una a repostar gasoil). En la furgo venga comer bocatas que aun quedaban, bolsas, con la botella de la Coca cola... Nos perdimos y fuimos hasta Logroño ( no hicieron caso a la mendas que dijo dirección Pamplona, dicen que no me oyeron). Yo el último tramo me tumbé en los tres últimos asientos y volví dormida hasta Oteiza. A las dos y cuarto acababa la aventura. Yo al día siguiente me levantaba a las siete para ir a trabajar.
Un finde aprovechado al máximo. No tenía que haber acabado...
( MORTADELA)

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