" Son los días que dan sentido a cada año que vivo"
Hoy me he levantado y he salido a la terraza. La imagen que han captado mis ojos era la de los tendederos llenos de ropa blanca y roja. Ropa que hasta el 19 de agosto del año que viene estará guardada en los armarios, a pesar de las ganas que tenemos todos de volvérnosla a poner. En mi recuerdo siete días maravillosos.
El día 18 fueron prefiestas. La quema de un muñeco llamado Rañoso simbolizó acabar con todo lo malo que nos ha deparado este último año. En sus llamas se hicieron tostadas de ajo que fueron repartidas para todo el pueblo. El día 19 a las 12 empezó la fiesta. Seguido las cuadrillas comenzamos a preparar el calderete. Todos juntos comemos en el arbolado de la iglesia. Es un día muy bonito. El día 22 en el frontón jugaron Irujo-Eulate contra Titín- Pascual. Fue algo grande, todo el pueblo estaba allí, además a través de las cámaras de Telecinco mucha gente pudo apreciar nuestra fiesta. El resto de los días son iguales. Salir tarde para ver la música en la plaza, bailar la bajadica de la Cuesta Galo, correr en el torico de fuego( este año he vuelto a sentir esa tensión, ya que he visto el de los borrachos en la calle), las cenas y sus entrañables sobremesas, bailoteos en la plaza( este año el tiempo ha acompañado) y luego de marcheta en el Garigolo y la Sociedad hasta ver amanecer. Son pocos días y hay que disfrutarlos al máximo.
Destacaría el buen ambiente que ha reinado estos días entre los vecinos y las personas que nos han visitado. Me gustó que mi amiga Maite vendría el sábado y disfrutaría de la alegría que se vive en el pueblo. El reencuentro con personas que no veía en mucho tiempo y que siempre alegra volverlos a ver. Ese encuentro con Miguel, poniéndonos al día de nuestras vidas y recordando nuestro romance de hace 12 años cuando eramos unos niños, ¡ qué recuerdos!. Mi conversación de vuelta a casa a la vez que comía churros con Jesús, con esa emotiva despedida, ¡ son momentos que ya no se volverán a dar!. Esas charlicas con mi Diego y conocer a sus queridos hijos, también cuando me cogió a bailar, ¡ qué sensación de cariño sentí cuando sus manos acariciaban mis hombros!. Y no olvidar ese encuentro con Iñaki, el poder mantener una conversación normal con él y poder estar juntos en un mismo lugar( Otazua), me llena de satisfacción ( el volver a oler su perfume CH me trajo a la memoria muchos recuerdos, las mejores fiestas de mi vida). En conclusión, unas fiestas irrepetibles.
Cuantos momentos quedan por vivir hasta que lleguen las del año que viene...
P.D. En la foto salgo observando el borboteo del caldero mientras se estaba haciendo. La camiseta que visto es la que nos hicimos la cuadri para estos días. Era en recuerdo a nuestro disfraz de azafatas. Estaban personalizadas. Por la parte trasera, cada una llevábamos un número y un nombre. La peña disfrutó con nosotras.
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