Ayer no pudo ser. El Idoya dijo adiós a Tercera División. Medio pueblo de Oteiza estuvimos como tantas otras veces con el equipo animándole hasta el final. Hubo un momento que pensamos que el gol de David Zudaire ( mi futuro cuñado) en los últimos minutos nos salvaba del descenso, pero los demás resultados no fueron favorables para nosotros, y sólo nos hubiese librado de bajar la victoria. El Ardoi que ya se vio en Regional Preferente nos facilitó la labor en el último minuto. ¡ Ni aun así!. La presión pudo con los jugadores y a pesar de las oportunidades, los balleneros nunca vimos el segundo gol que nos hubiese proporcionado la permanencia.
Qué momentos más tristes se vivieron cuando el colegiado pitó el final del partido. 22 jugadores derrumbados. Más de uno no pudo contenerse y cayó a la hierba sin ganas de nada. Dos aficiones rotas. ¡ Hay que estar ahí!. Yo personalmente sentí una tristeza en el estómago tremenda. Por poco mis lágrimas se dejan ver en Zizur. Sé que hay cosas mucho más duras en la vida que descender de categoría en el fútbol, pero, ¡ el Idoya es mucho Idoya!. De esta forma nos despedimos de una ilusión. Sólo nos queda pensar que el año que viene daremos todo en Regional y quien sabe si de nuevo nos ofrecen a la afición la alegría de ser un club de Tercera. Ahora más que nunca:
¡ Ánimo rojos!, ¡ Aupa Idoya!
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