" En todas las casas hay una ventana a la calle de la amargura. Unas veces está abierta y otras no. Por desgracia en la mía en este momento está de par en par "A las 6 y media de la tarde del domingo llegué a la estación de Pamplona. Cogí mi maleta y cuando me dispuse a bajar del tren, observé la cara de mi madre. Sin abrir la boca, me estaba diciendo todo. Mi tío se encontraba muy mal. Seguido fuimos a verle al hospital. A las 11 y media dejó de respirar. Para la parte de familia que nos encontrábamos allí fue un momento durísimo. Ayer pasamos todo el día recibiendo muestras de cariño en el tanatorio. Es increíble la multitud de gente que se acercó hasta allí. Hoy a la mañana lo han llevado a Tudela para que lo incinerasen. Fue petición suya, al igual que la caja se encontrase cerrada. A las 4 y media ha sido el funeral en Oteiza. La iglesia y su atrio se encontraban repletos de gente. Llamaba la atención el silencio que reinaba en el ambiente cuando nos dirigíamos al cementerio. Allí en el regazo de mi abuelica hemos depositado las cenizas.
El recuerdo que perdurará de él en la mente y corazones de todos los que le quisimos es su sentido del humor y lo buena persona que era. Mi tío no se merecía la vida que le ha tocado: su separación matrimonial hace 8 años, un infarto hace 4, y ahora ésto, duros meses de sufrimiento para tener este final. Era joven, con 48 años aun le quedaban muchas cosas por vivir. Él luchó, porque estaba convencido que podía salir, pero el cancer ganó la batalla.
Nos llenaste de cariño mientras viviste... Nunca te olvidaré.
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